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stalin

CARRUSEL

Últimamente me paso las horas sobre una silla, frente al computador, somnoliento y sin ganas, lo mío ya no es vivir y por suerte me doy cuenta.
No quiero soñar, desde muy pequeño soñé con un futuro alentador, lleno de triunfos y buenos ratos, ahora que no soy pequeño me doy cuenta que solo fue eso, un sueño. La vida da golpes y eso no es nuevo, sé que muchos los reciben, más fuertes, y ni se quejan, siguen adelante arrastrando sus tropiezos, como trofeos dentro de un saco que lleva una inscripción que dice: vida... y yo… no vivo... desde hace unos meses, por miedo a tropezar me he quedado sentado sobre esta silla, creándome un mundo de teclas, contactos (que ni siquiera sé si realmente existen o son tan fantasmas como yo), de sueños que ni me atrevo a hacerlos realidad. Por suerte me doy cuenta, de mi condición, de mi inexistencia, ya mi piel se esta haciendo transparente y por suerte me preocupo, me doy cuenta, pero al día siguiente es lo mismo, vuelvo a montarme sobre el caballo del carrusel, hasta marearme y me doy cuenta y planeo salir, saltar y vivir, pero de nuevo el caballo esta ahí oscuro entre las sombras de los demas caballos, seduciendome, inquietandome a cabalgar sobre su lomo, y me doy cuenta y me preocupo, pero soy incapaz de hacer algo, como si realmente no quisiera hacerlo.
Hace solo unos meses que vengo dando vueltas, y me preocupo, y vuelvo al carrusel. Antes, mi vida si parecía vida, no le doy explicación a esto.

Me he vuelto a montar al caballo, gira el carrusel, ya mi piel es más transparente que ayer, siento como el vértigo se transforma en una bola dentro del pecho y me quema, desfallezco; apenas logro percibir una palabra que se forma espectrante ante mi visión: Depresión (cruel verdugo).

Por suerte me doy cuenta, he caido.

3 comentarios

Gam -

Y el sol.

Stalin -

ahora que lo mencionas.. extraño la fragancia de las margaritas al atardecer

Gam -

Puedo comprender su estado.
Me alienta ver como llega la primavera.